1) Sentir el ruido de la lluvia afuera y taparme con la colcha hasta el cuello
2) La risa de mis cuatro sobrinos
3) La casi inexistente soledad de mi casa
4) El olor que me deja mi novio cada vez que me abraza
5) Los ataques de risa que me hacen llorar
6) La milanesa con puré y mayonesa (hecha en casa: 3 yemas y muuucho aceite)
7) Los “te quiero mucho” de mis poco expresivas amigas
8) Saber que después del baño me espera un buen libro en mi cama
9) Salir a comer con mis viejos y escucharlos decir “Salud por nuestro amor”
10) Mi fernet helado y mi Philip diez (o 20)
11) El dulce de leche marmolado de Blue Bell (con mucha crema)
12) Las charlas filosóficas de mis sobremesas
13) El beso inesperado cuando mi chico me abraza de la cintura
14) Los agujeritos en los cachetes de mi ahijado cada vez que se tienta
15) Despertar, abrir mi vieja ventana y dar gracias a Dios
Aclaración: a pedido de mi querida amiga Gaby Baigorrí, esos son mis 15. Haciéndolo me di cuenta de que la lista podría ser larguísima; una buena manera de refrescar todo lo que nos hace felices, por más pequeño que sea.