miércoles, 3 de diciembre de 2008

Un Philip 10 por tus besos


Había pasado una hora desde mi vuelta del gimnasio y ya podía prender mi cigarrillo obligado de las 20.00. Pero no encontraba el paquete por ningún lado. Antes de irme lo había dejado en la mesa del comedor en la que había estado haciendo un taller de pintura casero para mis dos sobrinos de 7 y 2 años que quedaron a mi cargo. Estuve triste ayer o enojada o las dos cosas. Busqué en la mesa, en mi cuarto, en el piso, en el patio y nada. El más chico me miraba y sonreía. “¿Los sacaste vos, Mate?”. “Zí”, me respondió el enano sin un dejo de culpa. “¿Y dónde los pusiste? La tía quiere fumar”. Puso las manitos con las palmas hacia arriba y levantó las cejas como para decirme que no sabía o que no se acordaba. Seguí buscando y no aparecieron; al no encontrarlos se me potenciaban las ganas de fumar, obviamente. Quería una seca al menos, una solita… como si el tirar argollitas de humo me hiciera resolver los problemas y olvidarme de todo… Me resigné, lancé un par de puteadas al aire y agarré mi libro para pensar en otra cosa y no hacer que el pobre Mateo se ligue un reto que no iba a ser por los puchos en sí, sino por mi mala onda.

Ahí estaba, sumergida de nuevo en la historia de un supuesto décimo tercer apóstol que la Iglesia sacó del mapa porque revelaba que Jesús no era Dios (una novela buenísima de Michel Benoit) cuando divisé la cabecita blanca de mi sobrino que se asomaba por la puerta de mi cuarto. Corrió y se me tiró encima. Me abrazó fuerte y me mojó el cachete con un beso empapado. “¿Estás enojada? Te amo mucho, Dúdu. No hay que fumar, hace mal. Asique no impoita Dúdu”.

Ya está. Qué me importa no tener trabajo. Qué me importan las diferencias con mi ex jefe. Qué me importa no saber hacia dónde ir… si son estas cosas las que me endulzan el alma, las que me hacen sentir viva, las que me hacen descubrir que la felicidad no está en las pequeñas cosas como suelen decir sino en las enormes de todos los días: en las sonrisas de los míos, en las palabras de amor, en los abrazos, en las risas compartidas, en la inocencia contagiosa. No encontré los cigarrillos, por cierto. Tuve que comprar un nuevo paquete de Philip 10 esta mañana. Mate tiene razón: fumar hace mal. Pero si con cada caja que me esconde voy a ligarme esos mimos, qué impoita, ¿no?

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantó, Luli. Qué bueno debe ser tener sobrinos.

A propósito del Philip 10, te dejo aquí el fragmento de un artículo que hace casi cuatro años públicó el periodista Luis Manuel Ruiz, en el diario El País, de España, y que no deja de fascinarme cada ves que lo releo.

“Fumar, fumar en serio, detenerse a paladear el sabor de la combustión, contemplar cómo el humo dibuja ofidios y lombrices en el aire, callar y fumar sin inmiscuirse en las decisiones ni los actos de nadie, equivale a reivindicar la segunda fila, la neutralidad, el aparte, la desidia: figuras todas que la moral odia, en estos días en que hay que declararse blanco o negro, participar en manifestaciones ruidosas y condenar enérgicamente al enemigo del día. Cuesta creer en la maldad del humo: después de todo, junto al polvo y la ceniza, es el futuro que nos espera a todos”

Anónimo dijo...

(“cada vez”; perdón)

María Abraxas dijo...

Muchas gracias Juanjo! Qué maravilla de descripción, por Dios... nunca había leído algo tan certero. "...Junto al polvo y la ceniza, es el futuro que nos espera a todos". Excelente; duro, ¿no? Pero excelente! Estaba pensando en dejar pero ahora que lo pienso... naaaaa. Beso grande

Anónimo dijo...

Cuando hace dos meses dejé de fumar escribí en mi blog algo acerca del humo (http://actrizdereparto.blogspot.com/2008/10/humo.html), que terminaba con un "hasta que se hace humo, y te olvidás". Pues, no termino de olvidarlo. Y caigo de nuevo en sus garras de vez en cuando. Me haría falta un sobrinito para evitar caer, ahora que pienso. Lindo relato, Luli. Besos.

María Abraxas dijo...

Gracias, Lorena! Difícil, muy difícil que se haga humo y lo olvides. Incomparables son los mates con ellos, los cafés con ellos, los fernets con ellos, las charlas con ellos, el amor con ellos. Y así, una lista muy larga que me hace casi imposible dejarlo. Ojalá la insistencia de Mateo me ayude. Beso grande.

Sebastián Nadal dijo...

Pero pará... lo más importante... ¿y el 10??? Ahora, la duda me carcome, ¡sólo puedo pensar dónde metió el paquete tu sobrinito!!! Por favor, tirá algunas pistas, aunque sea inventalas, porque si no no voy a poder dormir. Jajaja.
Parece un coche tu sobrino, y es muy capo. Tan chiquito y tan ladino, ¿no?
Felicitaciones por todo (sobrinos, no fumar ese día, el post, todo). Un abrazo.

María Abraxas dijo...

Jajjaa! Gracias Sebastián!! Te juro que no tengo pistas. Es un misterio total... aparecerán dentro de unos meses podridos en el cantero de mi patio, supongo. Cuando llegue ese día te cuento así dormís tranquilo, dale? Y sí, el gordo es un coche total, un capo (el más capo, así se autodefine el modesto). Gracias por pasar, de nuevo. Un abrazo!

Juan Pablo Sosa dijo...

Como dirían en la tira de Condorito: ¡Exijo una explicación! Luli, cuando encuentres esos cigarros vas a tener que escribir otro post...¿No probaste buscando en el tacho de la basura? Qué grande el pequeñín, tiene un método muy comprador para hacer que la gente deje sus vicios.
Otra cosa: qué bueno que es tener sobrinos. En mi caso tengo una hermanita de 10 años y una sobrina de 7, las dos me alegran la vida (y me la complican también). Lo bueno es que estoy permanentemente actualizado en materia de dibujos animados.
Besos

Bruno Cirnigliaro dijo...

Yo espero sobrina para febrero Luli, la primera, y tu relato no hizo más que cachetearme la rutina y la cotidianidad con la que tanto renegamos a veces, olvidando lo más importante...
Coincido con los fieles lectores: si no los encontraste aún, dónde carajo están los cigarros?

Diego Nofal dijo...

Por mimos de mi sobrina yo me escondería solo los cigarros, una dulzura tu post

Disco Stu (Juan Rovira) dijo...

Luli, ¿tenés fuego? Ups, perdón, me equivoqué de relato. Besos, loca. Grande con tu pluma, como siempre.

Natalia J Viola dijo...

Casan...qué lindo tu relato!! me morí de amor con Mateo, una hermosura. Dejá de fumar, viste? te lo dije...
Y nos vamos ajuntar a chusmear. Besos

PD: ya voy a actualizar el blog...en estos momentos estoy fuera de servicio...jajaja

Julio dijo...

Y sí, parece que vamos a tener que dejar de fumar...

Anónimo dijo...

como estas luli querida?... estuve espiando tu blog y me alegra que allí digas "lo que nunca decis" ... lo que si, un solo consejo, no hagas tan largos los textos... no porque vayan a aburrir, sino por el tiempo que demanda leerlos... te mando un beso grande. te quiero mucho. andres cheda

Anónimo dijo...

no me parece tan raro que te hayan echado

Sabrina Konz dijo...

No puede ser tan tierno... me mató. Sinceramente, me mató.

María Abraxas dijo...

Querido Alejandro... no sé quién sos. Qué bueno que te tomaste el tiempo de leerme. Y, por cierto, no me echaron. Me fui solita. Pero no importa, porque ya me ofrecieron un nuevo trabajo y estoy muy feliz... Gracias de nuevo! Besos!

Antonio Valcárcel dijo...

Estimada Luli Casanova:

Cosa seria la de fumar, un buen amigo mío a la edad de 33 años murió a consecuencia de un cáncer pulmonar que alcanzó a invadir (metatársis), todo su organismo. Fue una gran persona y buen un policia vasco (etzaina). Otro amigo también con el hábito, sin ser de fraile sino el de fumar y de forma compulsiva murió de parecida enfermedad. Cuando los doctores realizaron la autosia le extrajeron de sus pulmones el equivalente a un vaso de puro alquitrán que taponaba sus alvéolos pulmonares. Y auque las autoridades sanitarias en España obligan a las tabacaleras a indicar en letras grandes sus eslogan antitabaco como: “FUMAR PUEDE PERJUDICA GRAVEMENTE A LA SALUD”; EL HUMO DEL TABACO PUEDE PERJUDICAR SERIAMENTE EL DESARROLLO DEL FETO EN ESTADO DE GESTACIÓN”. Saben a la vez que sus potenciales elementos adictivos enganchas mucho más que otras drogas que son perseguidas y prohibidas.
En fin, son muchos los perjuicios para la salud que ocasiona a los fumadores activos y pasivos y pese a que existen un decreto que regula los espacios libres de humo, que casi nadie los respeta en este aspecto la Ley.
Si cualquiera de nosotros pretendiese producir, elaborar, etc., un producto que contenga los elementos nocivos para la salud de las personas, es seguro que las autoridades sanitarias lo retirarían o prohibiría de iso facto del mercado. Sin embargo, las fuertes y multinacionales tabaqueras siguen produciendo sus humos perjudiciales para nosotros e incluso nuestros queridos sobrinitos. Más de 600 sustancias tóxicas que contienen los cigarrillos, y aún se pretende hacer apología de un producto de consumo que daña seriamente nuestra salud por activa y pasiva: Hemoglobina: proteína que trasporta el oxígeno a la sangre y se encuentra en los glóbulos rojos.
Estimada Luli Casanova: tu sobrinito estaba mirando por tu salud, al gimnasio vas por eso de la figura y está de moda. La salud empieza por dejar de fumar. Porque, en la inocencia infantil suelen emanar fuentes en esos pequeños hombrecito sabio. Y sabe que el tabaco cuando pasan por tu lado les haces daño a sus ojitos y pulmones.

Algunos efectos del tabaco:

Monóxido de carbono (CO): gas tóxico, incoloro e inodoro. Se crea producto de la combustión incompleta de combustibles sólidos, líquidos y gaseosos.
Placas ateromatosas: son depósitos de grasa (llamados ateromas o placas). Se forman gradualmente y se desarrollan irregularmente en los grandes troncos de las dos arterias coronarias principales, produciendo un engrosamiento que estrecha las arterias que rodean el corazón y lo proveen de sangre.

Yo, cuando observo las volutas de humo observo formas de la muerte cabalgando con una guadaña sobre nimbos grises que anuncian tormentas y día lluviosos, de tañidos de campanas a difunto; de colapsos las salas de medicina en atenciones por enfermedad sobrevenida por tal hábito.


Estimada Luli: sin al gimnasio no al tabaco.