domingo, 8 de marzo de 2009

Piropeadores de cuarta


En Tucumán ya no hay hombres que digan piropos. No. Al menos, no me tocó todavía cruzarme con alguno. Porque una cosa es que te digan “adiós, linda” o “me acabo de enamorar” (la falta de creatividad de esta frase merece un párrafo aparte) o “qué ojos”, pero otra muy distinta es que traten de ¿conquistarte? con palabritas patéticas, ordinarias y vulgares. ¿Qué les pasa, muchachos?

Las que me tocó escuchar, sobre todo al pasar por alguna obra en construcción, son en su mayor parte irreproducibles. Mucho peor, claro, si van acompañadas del movimiento de lengua hacia ambos costados que me revuelve las tripas. Y ¡cuánto peor! si el “piropeador” degenerado va en una moto en la que lleva atrás a su pobre mujer con unas astas gigantes y a su dulce hijita. ¿Qué onda? Lengua va, lengua viene… ¿qué sentirán ellos, no?

El de ayer caminaba por Laprida al 700 enfundado en un traje gris, corbatita celeste, gomina que lamía su pelo llevándolo hacia atrás y celular último modelo en la mano. “Te parto al medio”, me dispara cuando aprieta el botón “end” de su móvil. Qué bonito. Lo miro con asco, con mi peor cara y le retruco (lo cual no es recomendable hacer): “Viejo verde, podrías ser mi papá y hasta mi abuelo”. Se me hace el galán (encima), sonríe y remata: “Sí, podría pero no lo soy”. Le suena el celular y atiende con su mejor sonrisa, como un triunfador. Imbécil. Estuvo original, ¿no? Eso sí.

Son pésimos, muchachos. ¿Caerán algunas mujeres en las garras de estos piropeadores de cuarta? No lo sé. Pero deberían reflexionar y decirnos, al menos, los clásicos malos pero más sutiles, más cómicos, al menos para arrancarnos una risita y no una arcada… “Se te cayó un papel… el que te envuelve bombón” o “¿Asaltaron una juguetería? Porque veo que se escapó una muñeca”. Hasta pueden bordear la ridiculez sin caer en las groserías que no enamoran a nadie. Como el flaquito de Mar del Plata que detuvo su bicicleta, miró a mi amiga y le dijo serio: “Por vos mataría una ballena a ojotazos”. Se ve que lo inspiró el mar. Hay de todo y para todos los gustos, ¿vieron? Yo me quedo con una buena mirada, nada más.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Luli me hiciste reir te imagino contestando jajaja. Te recomiendo que escuchés una canción de los cafres "objeto sexual". Besos amiga

Sebastián Nadal dijo...

Siempre me pareció lo más pelotudo del mundo, y me dan vergüenza ajena los que sinceramente piensan que diciendo algo así en la calle, mientras uno camina para un lado y el otro (la otra) para el otro, van a ganar algo.
Igual, ¿no te viene nada bien no? Digo: te molesta que ya no se digan piropos, pero también que se digan. Te molestan los zarpados, pero también los que buscan una sonrisa (sí, son medio boludos).
Lo del tipo que iba con la familia en la moto es muy gracioso...

María Abraxas dijo...

Gracias chicos! Prometo escuchar el tema, Mary. Y quizá no me viene nada bien, ché... los que buscan sólo la sonrisa sí, a esos les doy mi completo aval. Los otros, bue... lo dejé claro... Besos a ambos!!!

Lorena Tapia Garzón dijo...

Mi primer post fue sobre un piropo que me encantó... eaaa. Lo comparto:
http://actrizdereparto.blogspot.com/2008/08/piropo-negro.html

Besos Luli, lindo post

Juanjo Domínguez dijo...

Nos falta poesía urbana, espontánea. Nos falta elegancia. Es verdad, Luli. Y creo que es un problema de aquí. No se bien por qué. Me parece nomás. Observo que en otros lugares hay más creatividad y el chamullo es más sutil, con ingenio y sin agresividad. En fin. Un beso.

Disco Stu (Juan Rovira) dijo...

Yo tengo uno: "Adiós, bombón. Pero por lo n...a y g...a " Excelente. No cambiamos más. ¿Dónde estabas, Luli?

Ya lo sé, estoy loca... dijo...

La verdad que algunos "piropos" son tan asquerosos que a veces me siento hasta manoseada. Pero la vez pasada me dijeron uno que me pareció el mejor -lejos- que haya escuchado. Es más, casi me doy vuelta y la pienso. Era así: "Mi amor, te juro que cocino, lavo y plancho". ¿No sería el hombre ideal?

Unknown dijo...

Ja, ja ,ja ,ja.. me hiciste reir. Pero es verdad. Coincido con Juanjo. No tenemos arte para decir piropos. Con un "¡Mamaza!" y algún que otro gesto pareciera que basta y sobra. Pero no es así. Yo, la verdad, cero onda con los piropos.
Alguna vez lo intenté y me miraron como "Decí algo y te mato"... no me animé.
Besos. Si te veo, quizás te diga lo que me guardé aquella vez... sólo para compartir, je.

Juan Pablo Sosa dijo...

Hace una semana escuhé unno que nada que ver, pero mi estado, el estado del que lo dijo y encima con tonada cordobés, me hizo mear de la risa: "ayer pasé por tu casa yme tiraste con un revolver, no te lo voy a devolver" ja ja, juro que me estoy riendo de nuevo, porque escucharlo de un cordobés y en pedo, es lo más gracioso.
Nota aparte: los hombres que dicen piropos refinados, son cursis. Los que no, son guarangos, ¡en qué quedamos!
Besos

Anónimo dijo...

yo una vez le dije a una mina, en la punta de aquel cerro tengo dos ranchos sin techo, subamo a la punta y techuno, y se enojo!! era sutileza pura, una galanteria, no les viene nada bien a uds. este piropo dejaba entrever mis intenciones, pero para nada me desubique!lindo lo que escribio licenciada. la saludo atte

Blorges nunca fue bebé dijo...

Eh, no entendés la poesía obrera-urbana.

Igual, los piropos no son para levantar minas. Son eso: efímera poesía. Y la musa puede ser cualquiera: linda, fea, flaca, gorda, vieja, madre de cuatro.

PD: me mató la del ciclista. Muy buen posteo.