martes, 5 de julio de 2011

El paraíso desde mi ventana

Desde la ventana de mi departamento, la que me da mucha luz, se ven un montón de ladrillos naranjas de un edificio enorme y caro, una pared blanca y vieja llena de manchas de humedad, unas rejas negras que protegen el balcón de una casa vecina, un perro bastante poco agraciado que se llama Homero y que en invierno usa saquitos de todos colores más lindos que los que tengo yo para paliar el frío, un solo árbol enano que es lo único verde que me saluda y dos estructuras exteriores de aires acondicionados. No tienta, ¿no? Pero para mí, cuando fumo un cigarrillo en alguno de mis descansos, la vista es un paraíso. Es mi paraíso bullicioso de barrio Norte y silencioso de compañía. Y lo amo.

1 comentario:

Blondie dijo...

No te creo que es feo si se llama Homero.