sábado, 18 de octubre de 2008

Lágrimas de tía


Lloré la vez que lo ví disfrazado de ratón. Esa tarde que entró al escenario del Alberdi dando pasos cortitos pero firmes. Con la nariz pintada de negro y unos bigotes que resaltaban aún más la palidez de su cara, actuó por primera vez, sin lágrimas. Las lágrimas eran mías. Lloré y pensé que era por ser el primer acto de mi primer sobrino. Entonces llegó el segundo. Esta vez era mago, entraba y se paraba en una tarima que lo dejaba frente a un público asombrado porque él con un toque de varita volvía azul el agua de una botella. Aplausos. Y mis lágrimas, de nuevo. Y así llegó el tercero, ya sin disfraz, como un grande, con pantalón corto blanco y una remera roja. Sin varita ni bigotes, solamente corría por el patio del colegio junto a sus compañeros. Cada pasada era un saludo y una sonrisa hacia la tribuna. Ahí estaba yo, y mis lágrimas, claro.
Estoy esperando el cuarto acto que seguramente será en diciembre. Todo un adulto ya de primer grado. Pero como un presagio, ayer mi estúpida sensibilidad de tía babosa me volvió a ganar.
Feria de Ciencias Naturales. Nada emotivo. Un par de afiches colgados que muestran animales pintados, algunos más prolijos que otros, y un cartel poco original que anuncia el acontecimiento. Una sala llena de padres y un escenario viejo. Silencio. Lo busco y no lo encuentro. Pero ahí está, con su delantal gris y las manos adentro de los bolsillos. Llega su turno y yo estoy firme, sentada con las manos juntas, más nerviosa que él y recitando para mis adentros el verso que estuvimos repitiendo durante los últimos cuatro días. Tengo los ojos secos y me digo “por fin, esta vez me voy a comportar como una chica de 25 años a quien hicieron tía hace siete”. Y pasa al frente con los mismos pasitos de ratón, pero más seguro. Toma el micrófono con su mano derecha y empieza: “En cuanto a la alimentación de las mascotas ¡atención y cuidado! hay alimentos que no debemos darles: 1)huesos: se les pueden quedar atragantados en la boca o en la traquea y es peligroso”. Suficiente. Como una idiota -y al divino botón- voy moviendo los labios al mismo tiempo que él como para hacerlo acordar de lo que estudiamos. Mientras tanto, me chupo las lágrimas saladas que ya salieron sin permiso.
Quizá para el quinto esté un poco mejor y logre contener la emoción que me genera verlo crecer, armar ideas, ser más grande. Todavía me quedan los primeros actos de mis otros tres sobrinos y de los que vendrán… De mis futuros hijos, si Dios me los da, ni hablar. Me pregunto si hasta entonces se me secarán los ojos por fin y podré canalizar toda esa maroma de sentimientos de amor de otro modo. Tal vez sí… Y sino, qué importa.

8 comentarios:

El Doctor Comentador dijo...

por ser el papa de ese sobrino, tal vez, llore tanto como vos, en la distancia de Bs As en la ausencia de este acto, con el corazon partido al medio, pero compartiendo desde aqui, la alegri ade verlo bien, y creciendo y sé, que esta bien, tambien gracias a vos. Te quiero mucho hermanita y los extraño demasiado a veces...o siempre...gracias por compartir tus sentimientos.Alvaro

Bruno Cirnigliaro dijo...

Bienvenida a la blogósfera amiga! Espero que para vos sea un puente; y para nosotros la posibilidad de leerte y descubrir así más de vos y tus pensamientos. Estoy seguro que será un placer!
(es la tercera vez que pongo este comentario y no se por qué no puedo... asi que si aparece varias veces repetido, sabed perdonar!)
saludos

María Abraxas dijo...

A vos, hermano, gracias por leerme y compartir desde allá...yo también te extraño y te quiero muchísimo. Y a vos, Bruno, muchas gracias por la buena onda también y no te preocupes, el comentario llegó una sola vez! Muchos besos!!

Anónimo dijo...

Palabras tan hermosas y profundas como el interior de mi amiga. Cada vez escribìs mejor (como si eso fuera posible)... Que lindo que tu sobrino lea esto cuando sea más grande. Mil besos...

Anónimo dijo...

Conozco a ese chiquito y entiendo tus lágrimas, si no es familiar mío y me llene de emoción con imaginármelo en cada una de tus perfectas descripciones. Muchas veces me agarra incertidumbre al pensar en la vida universitaria y en si nos dejó algún aprendizaje, pero leo tus notas; y, no se si si el talento te lo dio Abel o es nato, pero si sé que por lo menos te dio un impulso más xa amar la escritura y hacernos a todos disfrutar de eso así que brindo por la UNSTA jaja. Te quiero amiga

Anónimo dijo...

Gabi y Lulú... gracias por tantos halagos que creo que no merezco. De todos modos, hacen dar ganas, y muchas. Les seguiré dando, entonces, más notitas para que me comenten. Las amo a ambas...

Anónimo dijo...

Amiga muy lindo lo que escribiste, no soy tia pero me siento como una leyendo esto. Y de Alvarito que puedo decir hermoso, como Mateo y tu ahijadito. Te felicito, besos.

Anónimo dijo...

LULEÑA, NO LO PODRIAS A VER DESCIPTO MEJOR A ESTE SENTIMIENTO DE TIA, ES LO MAS HERMOSO. HASTA ME HICISTE LAGRIMIAR.